" En el año XVII de Tiberio César, emperador romano y monarca invencible de todo el Universo, siendo gobernador de la baja Galilea Poncio Pilato; Anás patriarca, y Caifás gran Sacerdote; y siendo centurión de los cónsules romanos Quinto Cornelio,
YO, Poncio Pilato, representante del Imperio Romano, juzgo y condeno a la pena de muerte a Jesús, llamado Cristo Nazareno, del pais de Galilea, que osó contra el emperador Tiberio Cesar; y en razón de lo expuesto, decido que sufrirá sobre la Cruz, como culpable de haber reunido a numerosos ricos e indigentes, no cesando de producir tumultos en toda Galilea, diciéndole Hijo de Dios y Rey de los Judíos, llevando la ruina a Jerusalén y al Imperio Sagrado, negando el tributo al César, osando entrar con palmas en triunfo, seguido de la multitud, como un príncipe en la ciudad y en el Templo divino."
"Por éstas razones, ordeno a mi centurión que conduzca públicamente por la ciudad de Jerusalén a Jesucristo, atado y azotado, vestido de púrpura y coronado de espinas, llevando la Cruz sobre sus hombros, a fin de que sirva de ejemplo a los malhechores".
"Irá hasta el monte Calvario, donde, después de haber sido crucificado, permanecerá su cuerpo en la Cruz, como espectáculo del castigado y reservado a los criminales. Será colocada sobre la Cruz la siguiente inscripción: Jesús Nazarenus, Rex Judiorum".
Hasta aquí el documento encontrado en el Archivo General de Simancas, y seguramente, una fabulación más del siglo V, como muchas que hubo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario