LA RODA DE ANDALUCÍA

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jueves, 30 de octubre de 2008

NO SABEMOS POR QUÉ FUE CRUCIFICADO


No se conocen con certeza los motivos por los que Jesús fue crucificado. Partiendo del hecho que la crucifixión estaba reservada por los romanos para los crímenes políticos, todo hace pensar que fue acusado y condenado como rebelde. De hecho, una de las cosas que parecen ser más ciertas de todos los relatos de la pasión es la inscripción que Pilatos mandó escribir sobre la cruz.

Según la costumbre del tiempo, era para que todos supieran por qué el reo era crucificado.
Sobre la cruz de Jesús escribieron "Rey de los Judíos". Es decir, que había sido condenado a aquella muerte tan atroz y humillante por haber afirmado que quería ser el Rey de los judíos, amenazando así al poder de Roma sobre Judea. Pero los motivos de la muerte de Jesús no fueron probablemente de índolo religiosa, sino politica. Jesús murió condenado por los romanos como revolucionario politico peligroso. La predicación sobre un nuevo Reino para los judíos podría resultar explosiva. Se trata de uno de los interrogantes más delicados de toda la historia de Jesús: saber quién le mandó crucificar y por qué motivos. Y seguramente nunca conoceremos toda la verdad de los hechos. Era un profeta radical e inteligente que estaba empezando a hacer mucho ruido. Demostraba conocer muy bien las Escrituras y podía por ello discutir con los Doctores de la Ley. Jesús era diferente. Nunca dejó de profesarse judío y celoso de la ley y, al mismo tiempo, era tremendamente crítico con la religión de su tiempo. Nunca se proclamo Dios, pero quienes le seguían, y ante los prodigios que realizaba, si lo sentían a veces como tal o lo deseaban.....

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es obvio que la sentencia fue firmada por Pilato. La cuestión es por qué Pilato actuó así, tras declarar varias veces que no veía culpa en Jesús. Pilato sabía que Caifás se lo había entregado por envidia.

Las palabras de Caifás "si sueltas a ese no eres amigo del César" fueron determinantes. Pilato había cometido anteriormente graves errores como poner las insignias romanas en el Templo. El gobernador romano sabía de la influencia de Caifás sobre sus superiores, como el temido Sejano, o, incluso, sobre el emperador Tiberio. Un grave error podía costarle el puesto de gobernador en Judea y el título de amigo del César. Por eso Pilato accedió a las pretensiones de Caifás y condenó a Jesús.

Una de las locuras que más sorprende al forastero, es la que emprendemos cada año con la Semana Santa; cuando alrededor de la luna que cambia el invierno en primavera, el azahar revive los aromas y el pulso aligera el rumbo del deseo.