LA RODA DE ANDALUCÍA

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domingo, 12 de octubre de 2008

NUESTRO PATRIMONIO





EL PASO DE PALIO (I)


Siempre se ha dicho que los pasos son altares móviles que salen a la calle para promover la devoción a las Sagradas Imágenes. El Paso de Palio es el culmen de la perfección de un altar dedicado a la que fue primer Sagrario de la Historia, tiene las medidas exactas, ni más grande ni más pequeño con respecto a la Imagen que porta. Visto desde atrás es un portento de belleza apreciándose los atributos de la realeza de María, corona y manto, pero si se ve desde el frente entonces es un delirio de luz y flores ofrendado a la Madre del Redentor que al vérsele la cara ya no hay duda de que la Gloria debe ser algo parecido a ese momento.

El Paso de Palio de la Santísima Virgen de los Dolores Coronada es uno de los pasos de Virgen de más acusada personalidad en la Semana Santa pues varias características lo hacen único, aportando un conjunto de cierta singularidad, que enriquece nuestro patrimonio artístico, resultando un tanto atípico si se compara con los otros pasos de palio que procesionan . Fue estrenado en el año 1.946 siendo Hermano Mayor nuestro hermano José Borrego del Real. El trono como se le llamaba, consta de respiraderos y canastilla en madera tallada y dorada en oro fino, en estilo neobarroco, tallado en los talleres sevillanos de Manuel García Camacho, adquiriéndose por un importe de veinticinco mil pesetas. Fue restaurado en el año1.970 en Sevilla en los talleres de Miguel García Camacho por un importe de 40.000,-- pesetas. En el año 1.982 se restaura de nuevo, incorporándole las cartelas en metal plateado. Una vez más se restaura en el año 1.994 en los talleres de José Serrano de Castilleja de la Cuesta e incorporándole una capillita en la parte delantera con la Imagen de nuestra Patrona la Virgen de los Llanos y nuevas maniguetas. Los trabajos de orfebrería fueron realizados en los talleres de Ramón León Peñuelas de Sevilla. Entre los respiraderos se incluyen siete cartelas representativas de los Siete Dolores de la Virgen: La Profecía de Simeón, La Huida a Egipto, la Pérdida de Jesús en Jerusalén, el Encuentro de la Virgen con su Hijo en la calle de la Amargura, la Agonía y la Muerte de Jesús en la cruz y la Sepultura del cuerpo del Señor y la Soledad de la Virgen. En las catorce cartelas de la canastilla se representan algunas de las letanías del Santo Rosario como: Trono de sabiduría, Reina de los mártires, Puerta del cielo, Estrella de la mañana, Arca de la nueva Alianza, Rosa escogida, Fuerte como torre de marfil, Templo del Espíritu Santo, Sol de justicia. Etc.

El paso de Palio calza veinticuatro costaleros distribuidos en seis trabajaderas, y en el frontal y sobre el respiradero va el llamador estrenado el día 15 de septiembre de 1991 con motivo de La Coronación Canónica de la Santísima Virgen, donado por los hermanos costaleros con motivo de dicha efeméride. Fue labrado en los talleres de Orfebrería Villarreal de Sevilla, representando dos costaleros portando el escudo de la Hermandad.

Los faldones del paso son de terciopelo negro con ocho broches bordados en oro fino por las monjas del convento de Santa Isabel de Sevilla en el año 1.998. El faldón delantero lleva bordado el escudo real, realizado en los talleres de Guillermo Carrasquilla de Sevilla en el año 1.986

Los doce varales que se distribuyen a lo largo de los costeros fueron adquiridos por la Hermandad en distintas épocas. Los ocho centrales son de plata de ley de 1.906 labrados en Córdoba y cincelados y repujados en 1.958 en los talleres de Don Antonio Ruiz, también de Córdoba, por un importe de 25.620,-- pesetas; y los cuatro maestros fueron donados a la Hermandad en 1.946, al comprar el paso nuevo, por los hermanos siguientes, según consta en el acta de 29 de enero de 1.946, “el Hermano Mayor y su hermana Enriqueta pagan el importe de una vara, que es de mil pesetas, haciendo igualmente los hermanos Antonio y Salvador Reina Moreno, que pagan el importe de otra vara, y Don Antonio Redondo Cáceres paga el importe de otra vara”. Estos cuatro varales son de metal plateado. Los varales tienen un basamento cuadrado con detalles referidos a la Virgen y los tubos muy delgados. Fueron restaurados y replanteados por la Orfebrería Ramos de La Rinconada, en el año 2.001 adaptándoles nuevos capiteles y remates en plata de ley.

En el año 1987 se bordó, en oro fino, el techo de palio en los talleres de Guillermo Carrasquilla de Sevilla, por un importe de 1.700.000 pesetas representando en la gloria una pintura con la Coronación de la Virgen por la Santísima Trinidad, realizada por el pintor A. Flores. Las bambalinas fueron bordadas, también en oro fino, por las monjas del Convento Santa Isabel de Sevilla en el año 1.954. En la bambalina delantera, va bordado el escudo de la Hermandad y en la trasera los Corazones de Jesús y de María. Las bambalinas fueron restauradas y enriquecidas en el año 2.003 en el taller de bordado de Jesús Rosado Borja de Écija. De los flecos del palio cuelgan 120 campanitas de plata, que como se recoge en el acta del día 10 de abril de 1.955 “se acuerda por unanimidad, a propuesta del Hermano Don Gabriel Redondo Cáceres y otros, el que se le pusieran unas campanitas de plata en los flecos del palio, que ha estrenado este año la Santísima Virgen, por lo cual se acuerda recoger plata entre los hermanos y vecinos de la localidad, nombrando a Don Gabriel Redondo Cáceres depositario y encargado de mandar a hacer dichas campanitas” .
Juan A. Prieto Torralba.
Diputado Mayor de Gobierno

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Una de las locuras que más sorprende al forastero, es la que emprendemos cada año con la Semana Santa; cuando alrededor de la luna que cambia el invierno en primavera, el azahar revive los aromas y el pulso aligera el rumbo del deseo.