ANTECEDENTES HISTORICOS.
Las primeras noticias escritas que se conocen sobre la Hermandad, están en el legado nº 138 del Archivo Arzobispal de Sevilla y se trata de un pleito interpuesto por la Hermandad de la Vera - Cruz de la misma localidad, el día 2 de Enero de 1603, ante el Vicario General de Estepa.De esta documentación se deduce que la Hermandad actual tiene inicios hacia el año 1565, casi con la fundación de la Parroquia de La Roda, que tuvo pila bautismal en 1546.Del libro que se salvó del incendio del Archivo Parroquial conocemos que hasta 1803, en que comienza, fue hermano mayor de Ntra. Sra. de Los Dolores o Soledad, que de ambas maneras se denominaba, Pedro Montero, sustituyéndole Miguel Antonio Ortiz.Como todas las hermandades del lugar, tenía bienes propios, desaparecidos más tarde en la desamortización. La hermandad estaba organizada en “Cañamas”, bajo la responsabilidad de un diputado, encargado de recoger las limosnas y de convocar a los hermanos de su grupo para los actos de su obligación, tanto de cultos como de entierros, visitas a enfermos, etc. Las túnicas, propiedad de la Cofradía, se cedían a los hermanos para mortaja. Tenían enterramiento propio en su Capilla. Durante mucho tiempo se celebró el acto del Descendimiento, procesionando un tercer paso con Cruz vacía y un sudario. Los cultos cuaresmales fueron en principio un novenario, que luego fue septenario. La gran fiesta grande de la Hermandad ha sido siempre el Viernes de Dolores,En 1841 se reúnen de limosna entre los hermanos 5884 reales, suma considerable para esta época, con la cual se reponen muchos de los objetos de culto que habían sido expropiados, haciendo constar en el libro de actas “que pueda servir de memoria y estímulo a la generacíón venidera, debiéndose prevenir que la mayor parte de las personas han hecho este esfuerzo, poseen fortuna muy reducida”. Era Hermano Mayor José del Real y Secretario Marcos del Real. Este ejemplo de sacrificio y entrega, como ya veremos, ha sido y es una constante en esta Hermandad más que centenaria.En 1844, el secretario, Marcos del Real, costea a sus expensas, con un gasto de 500 reales, el primer cristal que se puso en el camarín de la Virgen, “lo que anota en este libro para que sirva de gobierno a los hermanos reunidos para sostener este culto y sepan, al mismo tiempo, como se le pagan en cierto modo a la Dolorosa los beneficios que continuamente dispensa a sus devotos”. Ejemplo peremne para todos nosotros y las generaciones venideras y una prueba de como el amor y el culto a esta Imagen ha sido y es una constante en esta Villa.En 1911 se restaura la Imagen de Nuestra Señora, de autor anónimo, pero de la escuela granadina.En 1927 se restauró el camarín de la Virgen. Con el advenimiento de la república, llegan las persecuciones religiosas y la hermandad restringe sus cultos y hay años sin procesiones.En 1936 pierde todos sus bienes. La Imagen de Nuestra Señora y el Cristo Yacente son quemados y los objetos de valor que estaban en el camarín robados. En 1940, pacificada nuestra patria, se reorganiza la hermandad y se tallan nuevas Imágenes. Pero se tiene la desgracia que en 1941, en un incendio fortuito en su altar de cultos, arde la Imagen de la Virgen. Se encarga al Mayordomo D. Manuel Gutiérrez rastrero, que visitase al imaginero D. Antonio Castillo Lastrucci para que tallase nueva Imagen. Desde entonces Ella preside toda la vida de la hermandad, no conociendo la mayoría de sus cofrades otra representación de la Madre de Dios de los Dolores, que esta Imagen bendita.Se han sucedido los hermanos mayores, las juntas de gobierno, se han incrementado el numero de hermanos, se han confeccionado nuevos mantos, palios; los cultos se procura que sean lo más solemne posible y que sean el centro de la vida de la hermandad, etc.. Pero todo con un afán: EL MAYOR HONOR Y GLORIA DE NUESTRA BENDITA MADRE, MARÍA STMA. DE LOS DOLORES, BAJO CUYO AMPARO QUEREMOS VIVIR Y MORIR Y CON CUYA TUNICA DESEAMOS ENTRAR EN EL REINO DE SU HIJO.Pasan los días, los años, las generaciones, pero en nuestro pueblo no decaerá el Amor a Ella, ni el amor de Ella para nosotros. Más de 400 años de historia lo demuestran.