Queda muy bonito cuando te preguntan ” ¿Perteneces a alguna hermandad?, y tú respondes: Sí, soy hermano de la hermandad……….”.Ser hermano no significa sólo aparecer en una hoja de papel de un libro y pagar una cuota anual; ser hermano, pertenecer a una Hermandad, significa ayudarla, protegerla, mantenerla unida.La Hermandad es como una gran familia, como si dijéramos una familia numerosa, donde el padre vela por el bienestar de sus hijos. En una familia el padre siempre ayudará a sus vástagos, los protegerá y pretenderá por todos los medios mantenerla unida y firme, guardando ese calor familiar que en ella se respira esa y paz que se desprende de sus miembros.Lo mismo ocurre en una Hermandad. No basta el hecho de ser, pertenecer; tienes que ayudar a que se mantenga, a que florezca, y para ello se necesita ese grano de arena, ese apoyo y comprensión de cada uno de sus miembros. No se es más hermano o más cofrade por el hecho de salir en procesión, o por sacar sobre tus hombros unos de sus pasos. La verdadera hermandad es la que se va haciendo día a día con el esfuerzo de cada uno. Hay que hacerla durante los 365 días del año, y no uno sólo para quedar bien.
1 comentario:
¡Que razón llevas! Ser cofrade es una forma de vivir, es un sentimiento de verdadera Hermandad que se comparte en el amor a Cristo y su Santísima Madre. Es dar culto público a Dios. Ser cofrade es hacer una catequesis plástica en la calle, en los itinerarios bellos de nuestros pueblos. Es, en una cálida noche de primavera, sentir el amor divino representado en la brisa de amanecer, en el aroma del incienso, en la oración callada de un nazareno.
Un abrazo y ánimo con la página.
Publicar un comentario